La Poesía no es literatura
jueves, 25 de octubre de 2012
ME RINDO Y ABANDONO LA CORDURA
Sobre los círculos concéntricos de los miedos
cantan cuervos dorados su llanto de inmundicia.
y ciegan esas luces de luciérnagas
fundidas en las noches solitarias.
Y caminamos mientras tanto
abandonados de todos los principios
que nos hicieron hombres sabios
cuando la sangre era savia en las entrañas.
Nada espera en los recónditos cerebros
ante esta sequedad del alma hundida.
Cabizbajos sin orgullo ni futuro
nada queda limpio en los pulmones.
Amamos los principios de la nada,
de la escoria efervescente de la sangre
en el tiempo de los hombres prisioneros
que escupen su saliva contra el viento.
Calles vacías de corazones palpitantes,
oscuras acequias de vómitos y barro.
Amanece Madrid entre las heces
de todos los cobardes y sus miedos.
Olvidaré los yugos, las cadenas,
los efluvios tiernos de la infancia,
los lamentos perdidos en alcoholes
y el semen vertido sobre el fuego.
Ya no quedan barriles de cerveza
donde esconder los cuellos doblegados
por tantos desperdicios y basura
acumulada entre las uñas y la carne.
Me rindo y abandono la cordura
que conseguí tras mucho esfuerzo y lágrimas
en aquellos tiempos turbios y encantados
donde el amor pudría nuestras venas.
Me rindo y abandono la cordura,
la lucidez cobarde del pacífico
cansado de portar en las caderas
enfundadas pistolas de juguete
y en la lengua pólvora mojada.
martes, 1 de noviembre de 2011
LOS GIRASOLES
Un girasol es sumisión completa.
Como en un triste campo de exterminio
se agrupan desgarbados
con sus cuerpos vencidos.
Famélicos, dibujan un conjunto
que se asoma al abismo
y muestran la terrible soledad
que no puede esconder su colorido.
Los girasoles venden su mirada
sin probar el placer del desafío.
No miran a los lados, no saben que son muchos,
y dejan por los campos sus gemidos.
domingo, 18 de septiembre de 2011
La poesía no es literatura
La poesía no es literatura
Aunque vayan cargadas sus alforjas de palabras.
Puede poseer la luz de los membrillos del pintor
o de la luna reflejada en la guadaña.
Es un golpe seco entre las piernas,
el crujir de huesos de un derrumbe.
La poesía es una imagen sin cámara ni acción,
el fuego artificial
de un parco escalofrío en las entrañas.
La poesía es un discurso, una mirada,
un antiguo olor reconocido en la memoria,
un paseo desnudo
por las calles vacías del cerebro.
La poesía es un concierto
de palabras afinadas en derrotas,
el acto terrorista de un pacífico
que tortura con picana de versos los sentidos.
La poesía es ir muriendo, poco a poco, dignamente.
La poesía no es literatura.
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